¡Hoy fue un día lleno de adrenalina y maravillas naturales! Despertamos emocionados porque nos esperaba el tour en motos de nieve. Desayunamos rápidamente en el hostal y nos dirigimos hacia el glaciar Langjökull, el segundo glaciar más grande de Islandia.
La primer parada fue en el campamento base que fue el café que visitamos el año pasado, en donde trabajaban unos españoles; sin embargo, este año ya tenía un campamento a un costado y fue aquí donde nos dieron el equipo para las motos. En este lugar puedes pedir algo de comer y beber, aunque está vez la cafetera al parecer estaba descompuesta. También aprovechamos para ir al baño y claro, volar el dron.
Por cierto, si llegaste aquí y no has leido el día 2 pasa primero a leer ese artículo para que sigas el viaje completo ¿Me dices que te parece?.
Saque mi dron para sacar unas tomas aéreas y algunas fotos. Me percaté que a varios metros detrás del campamento había un corral con caballos islandeses a los cuales pude grabar y se sintieron muy curiosos por el dron y pude sacar algunas tomas impactantes.
Camino al glaciar Langjökull
Terminando esto y después de habernos puesto el equipo para nieve comenzamos el viaje hacia el glaciar y la cueva de hielo.. Es todo un tema ponerte el traje, pero la clave es abrir los cierres de las piernas para poder meter las botas sin problema. El casco debe quedar justo pero no apretado y de preferencia usar lentes transparentes ya que los polarizados opacan la vista y el paisaje. Hay que tomar un buff y que cubra boca y cabeza. Ya equipados nos subimos a nuestro camión 4×4 modificado para emprender el último tramo hacia el campamento donde se toman las motos de nieve.
Ya cercanos a llegar, al parecer debíamos esperar un poco a que otros que estaban en la actividad regresaran las motos, por lo que paramos antes en medio de la nada. Estuvo perfecto porque la vez pasada solo pude volar muy poco mi dron y solo sobre el campamento de las motos. Esta vez pude sacar muy buenas tomas, como de película. Todos nos sorprendimos de las vistas y el paisaje Ártico que pudimos apreciar como por media hora, hasta que partimos a recoger las motos.
Al llegar, un guía certificado nos revisó el equipo y después de una breve charla de seguridad y sencillas instrucciones para manejar las motos, estábamos listos para comenzar. ¡Lo increíble es que no se requiere experiencia previa en snowmobiles! así que no te preocupes, apúntate a la próxima expedición sin miedo.
Motos de nieve en Langjökull
Nuestra emocionante travesía en moto de nieve duró una hora y nos llevó a través del glaciar Langjökull, elevándonos a 1450 metros sobre el nivel del mar. ¡La emoción y la adrenalina se apoderaron de nosotros mientras surcábamos este majestuoso paisaje blanco! Langjökull, conocido como “El Glaciar Blanco”, realmente vivió a la altura de su nombre, ya que es impresionantemente blanco. Sentimos como si estuviéramos persiguiendo una alfombra mágica sobre la cima de esta tierra blanca y majestuosa. La vista era simplemente asombrosa.
Pero la emoción no terminaba ahí. Nos dirigimos hacia una joya escondida: la cueva de hielo natural en el glaciar Langjökull. Nuestros guías buscaron las nuevas cuevas de hielo de esta temporada, y esta vez, nos prometieron que era la mejor de todas. Y no nos decepcionaron.
Al llegar a la cueva, quedamos asombrados. El hielo en el interior mostraba un deslumbrante tono azul, como si estuviéramos rodeados de cristales de cuarzo azul puro. La transparencia del hielo era excepcionalmente sorprendente. El exterior de la “blue river” era blanco, con una sutil pero inusual estratificación gris de ‘rayas de cebra’, formada por las capas de cenizas de diversas erupciones volcánicas. Tuvimos aproximadamente 15 minutos para explorar y fotografiar esta increíble belleza de la naturaleza.
¡Definitivamente este año fue la mejor experiencia de la cueva de hielo que jamás hayamos tenido! Nos quedamos maravillados con la rara y preciosa belleza cristalina de esta asombrosa caverna de hielo natural.
Cena y fiesta en Reikiavik
Después de disfrutar de esta maravilla glacial, regresamos con una sonrisa en el rostro y mucha hambre. Decidimos disfrutar de una cena especial y reservamos en el restaurante “Zumac”, que tiene una estrella Michelin y es propiedad del mismo dueño de “OX”, otro prestigioso restaurante.
La comida estuvo deliciosa, aunque bastante condimentada. El vino que pedimos estaba super bueno y acompañó perfectamente los sabores. Tuvimos suerte por que era un salón privado que pudieron habilitar para nosotros de manera imprevista. El restaurante no es barato si consideramos sus porciones; Sin embargo, sus platillos estaban muy buenos, el lugar era bastante agradable, sin duda valió la pena.
Después de cenar, nos preparamos para la fiesta. Hicimos el precopeo en el hostal y nos dirigimos a “Pablo’s Disco Bar”, listos para continuar la diversión después de un día lleno de aventuras y emociones.
En resumen, el día tres de nuestro viaje fue un torbellino de emociones. La combinación de las motos de nieve en Langjökull y la visita a la espectacular a una cueva de hielo fue una experiencia que se que mis viajeros jamas olvidarán.
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