Viajaba con un grupo de chinos por las montañas de Yunnan y Sichuan cuando llegamos a Litang, una pequeña población en la remota provincia de Sichuan. Mis amigos chinos desaparecieron en estampida y en principio no entendí aquella reacción tan imprevista.
Litang es un pueblo tibetano en el interior de China y sus habitantes pertenecen a la etnia khampa. A 4000 metros de altura, los rasgos y costumbres de sus habitantes siguen siendo tibetanas y no tienen ninguna simpatía por los chinos de la etnia han, la mayoritaria a lo largo y ancho del país. La razón no es difícil de encontrar. Sólo basta echarle un vistazo a la historia. Durante la década de los cincuenta del siglo pasado la región de Litang se convirtió en una de las áreas con mayor resistencia tibetana durante la batalla de Chambdo -oficialmente conocida como la Liberación de Tibet por las autoridades chinas-.
Durante la historia, muchos Dalai Lamas han nacido en esta región y hoy en día el monasterio budista de Litang Chöde alberga más de mil monjes y está reconocido como una de las escuelas más importantes del budismo en China.
Cuando llegas a Litang te da la sensación de encontrarte en el lejano oeste, eso sí, tibetano y donde el oxígeno escasea debido a la altura en que se encuentra. Su población no está muy acostumbrada a la llegada de turistas. Generalmente muestran respeto y son pocos los que hablan inglés y se acercarán para preguntarte cosas picados por la curiosidad.
El perfil de sus habitantes ha sido marcado por la dureza del terreno y las interminables horas bajo un sol abrasador a 4000 metros de altura y los duros inviernos del Himalaya. A simple vista ofrecen un perfil duro, con sus chaquetas de cuero, con sus imitaciones de Harley Davidson y jerseys elaborados con piel de yak. Casi no se ven turistas por la zona y uno va por la calle sorprendiéndose con cada detalle. En general es gente curiosa pero muy respetuosos con los visitantes.
Pasear por Litang tiene un interés ciertamente antropológico y social. No esperéis ver monumentos asombrosos o detalles arquitectónicos para recordar. Litang ofrece un trazado en lineas rectas con una calle principal. Las tribus de la región de Kham han sido prácticamente nómadas durante toda su existencia y Litang se ofrece en la actualidad como uno de los principales mercados al que acuden los habitantes de este espacio de colinas verdes y picos nevados durante todo el año.
Si os acercáis durante el verano a Litang, y a la región de Kham por extensión, no os perdáis las fiestas del pueblo que se celebran el primer día de agosto. Las fiestas consisten en una carrera de caballos ya reconocida en las guías de viaje y un continuo mercadeo entre las gentes de la región.
Llegué acompañado y me quedé a solas. Mis amigos chinos en seis horas ya habían cruzado la distancia de 300 kilómetros que los separaba de Kangding. Arrupados nuevamente por la madre China y lejos de las leyes indomables del Tibet.
Si tenéis la región del Himalaya de Sichuan en vuestros planes de viaje además de visitar Litang podéis añadirle la gran aventura de descubrir vosotros mismos el ¿auténtico? Shangri-La si es que realmente existe. La reserva natural de Yading es uno de los espacios naturales más bonitos que he visto del continente asiático y tras visitarlo os aseguro que es un auténtico merecedor de sustentar el nombre de la auténtica Shangri-La.