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1. Comer como un verdadero local
[pro_ad_display_adzone id=”5458″ popup=”1″ delay=”14″]Si hay una forma en la que conocer un país, esa es a través de su gastronomía. Olvídate de los restaurantes turísticos, los socorridos “italianos” o los omnipresentes fast food. Perderse por las zonas menos frecuentadas por los turistas es una apuesta segura y una de esas cosas que tienes que hacer antes de morir. Busca lugares donde haya gente local comiendo, ese es un signo de que la comida es buena y que el precio es apropiado. Siéntate y prepárate para disfrutar de una experiencia única. Te aseguramos que repetirás.2. Integrarte con la gente
Alguien dijo que “hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos”. Si verdaderamente quieres Viajar en mayúsculas, tienes que perderte entre la gente, sentarte a hablar con ellos o simplemente mirarles. Una conversación a tiempo puede resultar mucho más intensa que una semana de viaje. Déjate llevar, olvídate de los prejuicios e intégrate en la cultura. Esa es la mejor forma de conocer un país, y una experiencia inolvidable.
3. Perderte por los lugares menos turísticos
Está claro que si estás en India no puedes dejar de ver el Taj Mahal. Pero, si quieres disfrutar realmente de un viaje, tampoco puedes dejar de perderte por los lugares menos turísticos. Esos que se esconden en cualquier rincón, muchas veces sin reseñas, ni siquiera fotos en Internet, que salen a tu encuentro cuando menos te lo esperas. Esos lugares son los que probablemente recuerdes una vez estés en casa y mires hacia atrás buscando ese momento mágico del viaje. Si no lo has hecho todavía, empieza ya para no tener que arrepentirte de no haberlo hecho antes de morir.
4. Pasarte horas y horas en un tren nocturno
Porque nadie dijo que viajar fuese siempre cómodo. Disfrutar de una noche, o más, en un tren, preferiblemente en algún país asiático, es toda una experiencia. Probablemente no sea como dormir en una cama, lo sabemos, pero también te aseguramos que será una experiencia única.
5. Moverte como lo haría un local
Si hay algo que te acerca a un país es moverte como lo haría un local. Desplázate despacio, sin prisas, en transporte local y conoce las verdaderas entrañas del lugar. Dicen que conociendo el transporte puedes llegar a conocer cómo funciona un país. ¿Te animas a comprobarlo?
6. Enfrentarte a ese trekking que creías imposible
Cada uno pone o tiene sus límites. Lo que para uno puede resultar agotador, para otro puede ser un simple paseo. Lo importante es no ponerse límites dentro de tus propios límites, aunque esto pueda parecer una contradicción. Quizás sabes que por mucho que quieras o lo intentes, jamás llegarás a conquistar el Everest. Está fuera de tus límites. Pero ¿y ese trekking en la Muralla China, entre Jinshanling y Simatai, del que todo el mundo habla maravillas, pero a la vez dicen que es durísimo? Eso sí que puedes hacerlo. Y pese a sudar tinta mientras asciendas en tramos casi verticales, la sensación una vez que llegues al final, te aseguramos que valdrá la pena. Te demostrarás a ti mismo que puedes hacerlo y encima vivirás una experiencia única. Y no querrás lamentar no haberlo hecho antes de morir.
7. Estar perdido en medio de la nada sin conexión con el resto del mundo (de ningún tipo)
Tenemos que confesarlo, muchas veces, cuando nos planteamos ir a algún destino en el que sabemos que no tendremos conexión durante unos días, hay algo que nos hace replantearnos sobre todo, el tiempo que estaremos en ese destino. Pero también tenemos que confirmar algo, las veces que hemos estado sin conexión, como por ejemplo en Tanjung Puting en Borneo o en el Amazonas en Perú, esos días han sido para nosotros una desconexión total, nunca mejor dicho. No te ates a nada, y mucho menos a Internet. No pasa nada por no tener conexión unos días o no compartir 4 fotos en tu perfil. Seguramente tú eres el que le das la mayor importancia a esto, cuando realmente no significa nada. “En todos tus viajes, en algún momento, párate un minuto: no leas, no hables, no hagas fotos, sólo mira…y ¡VERÁS!”
8. No ir a un país por miedos infundados
Enfréntate a tus propios miedos. Si no lo haces es algo que lamentarás no haber hecho en tus viajes antes de morir. No ir a un lugar por miedos infundados, es algo que seguramente te pasará factura más pronto que tarde. Te aseguramos que llegará el día en que te arrepientas. Esto no quiere decir que no tengas en cuenta las recomendaciones o te saltes cualquier norma. Lo único importante es el sentido común. Si le haces caso a éste, seguro que caerá más de un mito.
9. Darle mucha importancia a las guías de viajes
Por experiencia propia, tenemos que decir que en muchas ocasiones, lo mejor de un país no está escrito, así que olvídate de llevar como única compañera una guía de viajes. Está muy bien ojear sus páginas de vez en cuando, pero que no se convierta en tu biblia. Las mejores cosas se encuentran donde menos las esperas.
10. Viajar sin billete de vuelta
Así, sin más. Hazlo, una vez en la vida. Tú decides cuándo. Está en tus manos.