Es cierto que no es fácil dejarlo todo por irnos del lugar que ya conocemos, pero esas cuatro paredes que te han seguido años atrás no te regalarán un abanico de oportunidades y experiencias que se encuentran allá afuera al momento de hacer un viaje. Siempre nos han dicho que terminando de estudiar tenemos que trabajar sin parar hasta la jubilación, todos esos sistemas que inconscientemente nos impiden salir de esa zona de confort. El cuerpo y mente pide un cambio de aires, una nueva aventura.
No importa lo lejos o cerca que sea el viaje, si vas solo o acompañado, toma tu mochila, empaca lo necesario y salte a saludar el mundo. Ese trayecto irá liberando todo lo podrido que tenemos guardado, porque no hay mejor manera de olvidarte de un mal momento que mirando unas auroras boreales en Finlandia; porque la vida siempre hacia delante y lo sabemos cuando llegamos al tope de las escaleras Haiku en Hawaii.
Porque no hay mejor universidad que viajar, ser curioso nos abre un mundo de posibilidades donde los sueños más alocados pueden volverse realidad, donde las heridas curan y tu visión de la vida se hace más amplio. Si te quedas no te encuentras, te mueres poco a poco entre quejas y rutinas.
Ya no tendrá peso ese carro, ese celular nuevo o esa cantidad exagerada de ropa que tal vez tengas en tu armario, porque ninguna posesión material se comparará a la ligereza de caminar calles desconocidas adentrándote a vidas y costumbres totalmente diferentes a las tuyas. Aprenderás a valorar a aquellos que están lejos y empezarás amistades que durarán toda la vida y amores que no te dejarán dormir. Asegúrate de perderte en un viaje, de conocer más allá de lo turístico, de pedir indicaciones, tomar un café o cerveza con un desconocido y platicar, platicar, platicar.
Pierde todas las ideas, percepciones y verdades con las que creciste para darle espacio a nuevas que vas recolectando en el camino. Aprende que allá afuera todo es diferente y no por eso están equivocados.
A todos aquellos que pasan su vista frente a la computadora, en el sillón, con el camino de casa a trabajo día tras día, construye una barrera para que no puedas voltear a ver el pasado y siempre hacia delante, pero viendo solamente a un metro de distancia. No dejes que el miedo te invada, porque vivimos en el ahora y no hay mejor momento para tomar una decisión que hoy.
Así que, el más valioso consejo que te puedo dar es: viaja, nadie nació en un lugar para quedarse.
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